Te doy mi cielo, mi tiempo, mi voz, mi cuerpo y cada una de mis pecas que adornan mis imperfecciones. Te doy la belleza de mi ser, te doy mi corazón, mi alma, te doy mis manos para sostenerte, te doy mi risa, te doy mis ojos, te doy mi boca para que la puedas besar cada vez que se te antoje. Te doy mi alegría, te doy mi energía, te doy mi humildad, te doy lo poco que tengo, te doy mi calor, te doy mi amor.
No puedo dividir mi corazón con mi cabeza, tampoco es posible que te perdone. No puedo partirme en dos y hacer como si nada de esto hubiera pasado, como si tu y yo nunca hubiéramos tenido nada. Me duele que te fueras, me hubiera gustado decirte algo pero yo no tenía el valor para hacerlo, cuando las lágrimas invadían mi alma. No supe hacer frente a esa situación, a esa obsesión de tu corazón con mi corazón pero yo le decidí así. Me arrepiento de como te hice polvo esa noche con mis palabras, reprochándonos cosas con la furia en la miradas, en mi cabeza solo queda la imagen de ese recuerdo yo cerrando la puerta y tú con la maleta que te alejó de mi. Elegiste otras manos donde perderte, elegiste otra piel a la que besar lo elegiste todo menos quedarte conmigo. Yo que siempre te he puesto las cosas fáciles, te he demostrado mi humildad, lo que me mueve, y las cosas tan sencillas que me hacían tan feliz a tu lado. Pero decidiste dejarme sola en este mundo de gigantes, ahora cuando la gente me mira a los ojos solo hay tristeza encerrada en una retina, y por eso ya no me puedo olvidar de nada porque tu recuerdo sigue todavía vivo en mi.
Es inútil volver sobre lo que ha sido y ya no es.
[Está es una de esas entradas que tenía escrita y no quería publicar la tenía guardada en el cajón de los recuerdos. Es una de esas que siempre que la leo me hace llorar y me recuerda a alguien, la escribí un día de armonía y calma estando con alguien a mi lado y la cual un día yo dediqué para esa persona. Después de mucho tiempo casi dos años decido compartirla y hacerla publica porque es una declaración de amor aunque llore después. ]
Mi jardín del olvido ha vuelto a florecer porque tu estás prestándome tus manos al otro lado del charco, porque tus ojos iluminan todas mis mañanas, porque mi alma navega entre el mar de tu cuerpo. No sé vivir si no estás tú iluminando mi camino, porque donde tu vivas yo floreceré. No quiero otros besos, no quiero acariciar otras manos que no san las tuyas..
''Párale los pies a ese reloj que nos controla,
que no nos deja ser que apaguen el sol de una vez.
PABLO ALBORÁN ''
Le volví a ver. Volví a ver su reflejo en otra persona. Pude sentir su piel, su risa apagada en mi oído en otra cara, otra frontera muy distinta a la suya y aún así, dentro de mí sentí que era él. Le disparé una flecha, cargada de sentimientos contradictorios, de un ´te quiero ‘a susurros para que el miedo no asaltase su mirada y no se apartó, me observó detenidamente cómo esperando a que yo le disparase otra flecha. Pude ver su desastre a través de sus ojos. Entonces me sentí culpable de haberle disparado esa flecha y haberme marchado, sin despedirme sin darle el motivo del porque me fui.
Hoy necesitaba escribirte y contarte todos mis miedos, pero para eso tengo que empezar por el principio y por el principio me refiero a la Felicidad, aquella felicidad que dejaste escapar una noche de verano por la ventana de mi habitación. Empezaré diciendo lo que me hace feliz, lo que me hace feliz son las cosas más sencillas, los pequeños detalles que es donde está la felicidad más grande. Si tengo que definirme en una sola palabra me definiría como un aire fresco y cálido en una noche de verano.